jueves, 12 de marzo de 2009

Venecia- Italia

Come é triste Venecia

Una vez oí decir que Venecia parece una mujer adulta que aguarda ser visitada. Que en sus venas hinchadas de recuerdos navegan góndolas enamoradas y que en sus callesitas se mezclan la melancolía y la alegría, la sobriedad y el encanto.Oí decir que detrás de cada máscara se esconde una lágrima y que detrás de cada sonrisa, un amor.

Lo cierto es que venecia, es un sín fín de emociones y por eso merece ser visitada. Probablemente llegar en tren sea una de las formas más convenientes ya que la estación llega hasta dentro de la ciudad.La estación cuenta con un servicio de consignación de equipaje muy útil para que los mochileros puedan recorrer la ciudad sin tener que cargar con sus mochilas. (3, 80 euros)

Es aconsejable luego caminar hasta la plaza San Marco para ir descubriendo sus callesitas pero es posible sino, tomar un Vaporetto o lancha colectivo que pertenecen a la empresa ACTV y cuestan alrededor de 6 euros.

En la plaza San Marco se concentra lo más lindo de Venecia.


La basilica de San Marco sin duda alguna es una obra arquitectonica que no tiene desperdicio. Hay que tener en cuenta que la entrada a la misma es gratuita pero que no se permite entrar ni con tirantes ni con mochila.

Luego se puede visitar el interior del Palacio Ducal. Es altamente aconsejable ya que se puede acceder a casi todo su interior recorriendo los salones donde antiguamente se hacía la votación.
La entrada para estudiantes esta a 6 euros y si se recorre enteramente se tarda al rededor de una hora y media.

Quizás el lugar más importante para los enamorados sea el puente de los suspiros.
Sin embargo, este puente tiene una historia bastante diferente a la que todos creen.

Este era el puente por el que caminaban los presos después de ser juzgados hasta la prisión y allí, daban su último suspiro. Nada romántico.

Para dormir es aconsejable el Ostelli della giovetú, aunque si se esta por poco tiempo en Venecia es recomendable tomarse el último tren y dormir en otro lado más barato.






Dolores Serrano

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